27 diciembre 2010

Para Reflexionar

…Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes

y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites la razón.

Si me das éxito, no me quites la humildad.

Si me das humildad, no me quites la dignidad.

Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla,

no me dejes inculpar de traición a los demás

por no pensar igual que yo.

Enséñame a querer a la gente como a mí mismo

y a no juzgarme como a los demás.

No me dejes caer en el orgullo si triunfo,

ni en la desesperación si fracaso.

Más bien recuérdame que el fracaso.

Más bien recuérdame que el fracaso

es la experiencia que precede al triunfo.

Enséñame que perdonar es un signo de grandeza

y que la venganza es una señal de bajeza.

Si me quitas el éxito,

déjame fuerzas para aprender del fracaso.

Si yo ofendiera a la gente,

dame valor para disculparme

y si la gente me ofende, dame valor

para perdonar.



¡Señor…si yo me olvido de ti,

tú nunca te olvides de mí!



Mahatma Gandhi.