Al tener una pèrdida muchas veces surgen: temores, iras, enojos, frustraciones, resentimientos, culpas, remordimientos o pensamientos que nos dañan.
Puede haber: dolor, sufrimiento, tristeza, añoranza, melancolía, depresión, vacío, ansiedad, angustia.
Es en estos casos cuando debemos recurrir a un apoyo tanatológico para poder encontrar paz espiritual y poder soñar con un mejor mañana.
La Tanatologìa te ayuda a superar toda clase de emociones y te enseña a elaborar el proceso de duelo.